¿Qué es la película hidrolipídica?
Es la película presente en toda la superficie de la piel. Su composición está formada por sudor, sebo y células, y su pH es de alrededor de 5 en la cara.Su función es proteger la piel de las partículas indeseables, sobre todo gracias a su acidez, que es capaz de repeler las bacterias y los microbios. Es esta película la que está en el corazón de los problemas de hidratación de la piel.
De hecho, esta película se divide en dos fases:
La fase acuosa, que se compone principalmente del agua del sudor y del agua presente en las capas profundas de la piel
La fase oleosa, compuesta por sebo y otros restos celulares
La finalidad de estas dos fases es aportar a la piel los componentes minerales y las sustancias orgánicas que necesita para su flexibilidad, al tiempo que se combaten los gérmenes y microorganismos que pretenden atacarla.
Factores externos de la deshidratación
La deshidratación de la piel también puede ser causada por factores externos. Los cambios artificiales de temperatura, como la calefacción o el aire acondicionado, pueden favorecer la deshidratación.
Especialmente en invierno, cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de los 8 grados, la piel produce naturalmente menos sebo. La renovación celular se ralentiza y la piel se siente más tensa. La contaminación también es un factor adicional, ya que los poros se obstruyen con micropartículas que atacan la película hidrolipídica.
La etapa de hidratación es, por lo tanto, esencial para todos los tipos de piel, con el fin de proteger la hidratación natural y proporcionar una fuente adicional de hidratación, permitiendo compensar la pérdida insensible de agua.
Por ello, la gama Hydra responde a esta necesidad universal de hidratación.
El ritual para calmar la piel consta de dos pasos clave: la aplicación de un sérum y después de una crema.
Esta combinación permite retener el agua en las células de la piel y proporciona una fuente complementaria de hidratación, oligoelementos y minerales esenciales.
Suero y crema: dos funciones distintas y complementarias
Las dos principales diferencias entre un sérum y una crema son la textura y la concentración de principios activos. Un sérum tiene una textura más líquida, que penetra rápidamente en la piel y en las capas más profundas de la epidermis. Una crema, en cambio, es más espesa y crea una película protectora sobre la epidermis, impidiendo que la humedad se escape. El propósito del sérum es ser un concentrado dirigido, que aborda problemas específicos que una crema no puede corregir. La crema complementará y mantendrá los efectos del sérum, por lo que es importante utilizar este dúo para proporcionar el nivel óptimo de hidratación.
1. El suero, un concentrado de eficacia
El sérum Hydra-Booster tiene como objetivo restablecer el equilibrio de la humedad de la piel, hidratándola en profundidad y manteniendo su nivel de hidratación durante todo el día.
Elaborado con Tremella, un hongo blanco utilizado desde hace miles de años en la medicina china, el sérum tiene grandes propiedades antioxidantes e hidratantes.
Combinado con Bisabolol Vegetal y Ácido Hialurónico, calma la piel más sensible ayudando a repararla en profundidad. Enriquecido con agua del glaciar del Mont Blanc, su acción para calmar la sed es inmediata y la piel la absorbe al instante. Las capas profundas de la epidermis se hidratan, lo que trata el problema de la deshidratación a largo plazo y hace que desaparezca toda sensación de malestar y tirantez.
Tenga en cuenta: El frasco de suero es 100% reciclable. Una vez que haya terminado, recuerde desenroscar la bomba y poner la botella con el vaso reciclable.
2. La crema, una protección para la piel
Después de aplicar el sérum, que penetra en la piel al instante, se recomienda aplicar una crema hidratante. La función principal de la crema hidratante es proteger la película hidrolipídica y limitar la pérdida insensible de agua, sobre todo preservando la hidratación que aporta el suero en las capas profundas de la piel. Por lo tanto, con la combinación de un sérum y una crema, la piel queda perfectamente hidratada.
En función de las necesidades de su piel, elija la textura de crema adecuada: Hydra-Calming Cream e Hydra-Calming Rich Cream.
¿Cuál es la textura de crema adecuada para mí?
Los activos hidratantes y calmantes de la sed están presentes en ambas texturas.
El Agua Glaciar del Mont Blanc, combinada con el Bisabolol Vegetal, crea un potente complejo que calma la sed y que hidrata las diferentes capas de la epidermis. Así, la textura sedosa y fresca de estas cremas sigue siendo ligera, pero restaura y protege a largo plazo gracias a la presencia de ceramidas vegetales.
La Crema Láctea Hidratante Calmante está indicada para las pieles normales, mientras que la Crema Rica Hidratante Calmante alivia las pieles secas.
Contiene manteca de mango orgánica, que tiene propiedades nutritivas y antioxidantes. Calma la piel a la vez que la protege, debido a su alta concentración de lípidos.
La aplicación de un sérum y una crema ayuda a aportar y retener agua en la epidermis. Esta fuente adicional de agua, oligoelementos y minerales aporta a la piel vitalidad, luminosidad y confort.
Una gama 100% ética: ¡las cajas de la gama Hydra son 100% reciclables!

Preservar la película hidrolipídica a diario
Una rutina de limpieza que afecta a la barrera hidrolipídica
Por supuesto, hay medidas diarias que no deben descuidarse para prevenir la deshidratación.
El ritual de limpieza suele ser un factor importante.
De hecho, un desmaquillado imperfecto, combinado con un limpiador abrasivo con un pH demasiado alto, puede ser el origen de una deshidratación profunda.
Al despojar la piel con limpiadores sulfatados y secantes, la barrera hidrolipídica se ve comprometida y puede tardar hasta varias horas en recuperarse. Durante este tiempo, la cara se siente tensa, la piel está estresada y es vulnerable a los elementos extraños. Es preferible optar por productos ricos en aceites vegetales prensados en frío y agentes hidratantes como el Aloe Vera.
Utilizar una loción entre las fases de limpieza y sérum también es importante: es el primer gesto de hidratación que calma la piel y la prepara para recibir los principios activos contenidos en los productos aplicados después.
El estilo de vida, un factor importante
Es evidente que nuestros hábitos diarios también contribuyen en gran medida a la deshidratación de nuestra epidermis. Para contrarrestarlo, debemos recordar beber entre 1,5 y 2L al día, en todas sus formas: infusiones, té, agua, zumos, etc.
La dieta también es un factor clave, y es importante favorecer los alimentos ricos en vitamina C y ácidos grasos esenciales como el aguacate, las semillas, las verduras verdes...
En cuanto a su estilo de vida, intente limitar el consumo de alcohol y evite fumar en favor de noches cortas y equilibradas. De este modo, la piel estará profundamente hidratada a largo plazo.